En el Arte Bizantino se vive en el siglo VIII un momento de destrucción de obras de arte: pinturas, esculturas,... y se inicia un periodo en el cual se empobrece la manifestación artística en un foco, el bizantino, que había sido tan próspero.
A partir del siglo VIII se complica hasta iniciarse el periodo ICONOCLASTA, momento en el cual se prohiben la representación de imágenes hasta el siglo IX. Se trata de un periodo breve, pero con unas consecuencias decisivas, ya que acaba con el Cisma entre la Iglesia de Oriente y Occidente.
En cuanto a lo artístico, se trata de un periodo pobre; debido, por supuesto a la prohibición de crear imágenes y la destrucción de obras anteriores de época de Justiniano.
Constantinopla en este momento sufre el ataque de los árabes y ocupan la ciudad hasta el año 717-718, y se vive un clima de inseguridad del Imperio. Así que León III impone su criterio y prohibe la representación de imágenes, destruyendo todas las que se habían realizado hasta entonces.
Sta Irene de Constantinopla |
Bien es verdad, que los iconoclastas no prohiben el arte figurativo en general, pensaban que la verdadera imagen de Cristo sería el pan y el vino de la Eucaristía y que el carácter inmaterial de Dios, hacía imposible su representación.
En este momento frente a estas corrientes iconoclastas se sitúan los iconodulos, que son los defensores de la imagen, como teodoro Estudita o San juan Damasceno; para ellos las imágenes que se encuentran en el templo, están ahí para enseñar al que no sabe y también como aproximación a la revelación divina.
Las imágenes destruidas se sustituyen por símbolos, pinturas profanas o la cruz.
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