domingo, 23 de septiembre de 2012

La Catedral Gótica: referente arquitectónico

La Catedral es el edificio simbólico por excelencia en el gótico, y que sin duda marcó la manera de construir a partir de aquel momento. Gracias a la masiva construcción de estas catedrales, hacen que se codifique un estilo, concretamente en Ille de France (Francia) y que se difundirá por toda Europa. Su construcción  es el resultado del fervor que existía por la construcción de "la ciudad", la "urbe", y perpetuarla como símbolo de riqueza y como no, de prestigio y de propaganda. Se erige como una imagen de poder, no sólo de los obispos, sino también de la monarquía y de los propios ciudadanos. no debemos olvidar que surge en este momento un auge de una burguesía muy pujante  y se van creando capitales de poder.
En la construcción de una catedral gótica se percibe la inserción de la estructura socio-económica del momento; en relación al ciudadano contribuye con una limosna, con su propio trabajo en la construcción de la catedral, ya que no cabe duda: su vida va a girar y está intimamente ligada a ella,  recibirá los sacramentos, los gremios y corporaciones tienen sus altares, celebran sus ceremonias y actos más solemnes.
La fachada de la catedral, preside originariamente una plaza, que será punto de reunión y encuentro: sirve este espacio de centro cívico utilizado como mercado, lugar de celebración de procesiones religiosas, ...dos formas arquitectónicas ligadas más bien al Románico.
 
Sin duda, la catedral destaca por su monumentalidad y grandeza; destaca en una ciudad que está creciendo y se erige como centro neurálgico. Sus volumenes reflejan elementos nuevos: arbotantes, pináculos, haces de columnas, arcos apuntados,...
 
Es inevitable pensar: ¿que impresión provocaría a la sociedad de la época estas altísimas y luminosas catedrales? Podemos imaginar que pensaron esos primitivos urbanitas; ya que anteriormente habian conocido pesadas e inflexibles estructuas del estilo románico. Frente a estas nuevas catedrales que adelantaban nuevos tiempos, reflejados en la Jerusalén Celestial, con sus puertas de perlas, sus joyas inapreciables, sus calles de puro oro y vidrio transparente (Apocalipsis, 21). Ahora esta visión descendió a la tierra; y los muros que antes eran frios y cerrados ahora estan formados por vidrios coloreados que brillaban como una piedra preciosa. Los pilares, nervios y tracerías se realzaban con oro. El fiel que se entregase a la contempación de toda esa belleza sentiría que casi habia llegado a comprender los misterios de un reino más allá del alcance de la materia.

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