domingo, 2 de junio de 2013

Jean Fouquet: paradigma de la pintura flamenca francesa

La pintura flamenca en Europa a partir del segundo tercio del siglo XV se caracteriza por una nueva concepción, que ofrece la posibilidad de reproducir los objetos con el máximo detalle.  Se va a asistir a una reacción contra la tendencia ilusionista, que el gótico internacional había acogido con gran entusiasmo. Ahora la nueva vertiente, gira hacia un realismo más acusado, que se generalizará entre los pintores.
Surgirá también una clientela nueva, que hasta ahora no había tenido parte en la producción artística. El refinamiento cortesano deja paso a una nueva burguesía que será la que a partir de 1430 gracias a la obra de Robert Campin y Jan van eyck, cuyo arte se difunde por toda Europa. La obra de estos autores, son de características muy concretas, arraiga con fuerza en muchos lugares y deja una huella profunda en sus seguidores. Al principio convive con tradiciones internacionales, y otrsa veces se transforma  por los efectos de ls pintura italiana del primer Renacimiento.

Uno de los autores más paradigmáticos del foco francés fue Jean Fouquet, pintor y miniaturista; que aunque nació en Tours, viajará en Italia y le dejará impresionado la pintura italiana, con lo cual se dejará ver su influencia posterior. A la vez que conocedor  de todas las innovaciones técnicas del estilo flamenco. Puede ser que la mezcla del aire francés, italiano y flamenco le convirtiera en un artista diferente. A su regreso a Italia entra al servicio del rey Carlos VII, aunque nunca consiguió ser nombrado pintor real de este monarca.
Díptico de Melun: Virgen con el Niño (detalle)
Díptico de Melun: Etienne Chevalier (detalle)
Hacia 1450 pinta el díptico de Melun, destaca la diferencia de factura entre las dos tablas en la gama cromática; en la del donante, éstos son acordes con la realidad , ya que se le representa en un espacio real ocupado para un ser real. En la tabla de la  Virgen, no hay tonos brillantes, sino que los cuerpos presentan una gran palidez; diferenciando así, lo terrenal y los sagrado.