Los visigodos aparecen en la Península Ibérica en el siglo V, pero hasta el siglo VI no consiguen un reino unificado y una monarquia electiva. Las grandes ciudades visigodas fueron Toledo , Tarragona u Córdoba; pero si es verdad, que sólo quedan restos en el ámbito rural , ya que los que existían en las ciudades fueron destruidos durante la invasión musulmana.
La llegada de los visigodos a la Península Ibérica no supuso una ruptura radical con todo lo anterior; es más, la transformación más impoprtante no se produce hasta el siglo VII.
Las raices del arte visigodo fueron esencialmente romanas, paleocristianas y bizantinas.
Interior. San Juan de Baños (Plencia) |
Las características más significativas son:
- construcciones pequeñas en su mayoria.
- muros gruesos y con escasos vanos
- edificios muy rotundos y contundentes
- planta de cruz griega o basilical
- ábsides rectos y muy compartimentados
- uso de sillares de piedra perfectamente tallados, colocados a soga y a tizón.
- preferentemente uso de arco de herradura, más abierto que el arco califal; pero también de medio punto y peraltado.
- cubiertas de madera y bóveda de cañón
- pequeños pórticos a los pies
- uso de frisillos, tanto al exterior como en el interior, con motivos en relieve de tipo geométricos, florales, animalísticos o figurativos.
- ornamentación: alfa y omega, estrellas, cruces, rosetas,
- talla a bisel
- no se usa la escultura exenta
- uso de cimacio.
Relieve. Quintanilla de las Viñas (Burgos) |
Lo realmente importante de estos edificios visigodos son los adornos y la decoración. Se utilizaron artesonados ricamente decorados, mármoles en los canceles, iconostasis bellamente decoradas, lámparas votivas, objetos sagrados, cruces, ...que contribuian a crear un ambiente muy especial.